La guerra contra Ismael Clemente en Merlin se desata por su alta retribución y su gestión personalista
El consejo de administración de Merlin Properties se posiciona a favor de Ismael Clemente, que seguirá ocupando el cargo de consejero delegado en la cotizada. El directivo extremeño ha logrado el respaldo del órgano después de que su presidente, Javier García-Carranza, número tres de Banco Santander, planteara su cese. Según explican fuentes del sector a OKDIARIO, hace varios meses que se inició un conflicto en el seno de la mayor socimi española, puesto que algunos consejeros «no están satisfechos con la forma en la Clemente gestiona la compañía» y tampoco con la elevada retribución que recibe.
La guerra librada internamente ha dejado dos bandos claramente diferenciados: los consejeros de Banco Santander -principal accionista de la compañía con el 22,2% del capital- y los fundadores de Merlin Properties -Ismael Clemente y Miguel Ollero. En concreto, las citadas fuentes comentan que las desavenencias entre García-Carranza y el todavía consejero delegado de Merlin se deben a que «algunos consejeros nos están satisfechos con la forma en la que está gestionando la socimi» porque lo hace «como si fuera suya» y de forma «personalista».
Asimismo, comentan que otro de los motivos de conflicto es la elevada retribución que recibe el propio Clemente. En 2019, el directivo extremeño percibió más de 8,7 millones de euros, de los cuales, un millón correspondió a su sueldo, 1,45 millones fue en concepto de retribución variable a corto plazo y 6,25 millones de retribución variable a largo plazo. No obstante, en 2020 y debido al impacto de la pandemia, la remuneración cayó hasta los 4,52 millones, de los cuales, un millón correspondió a su sueldo y la cantidad restante fue como beneficio bruto de las acciones.
En este sentido, los mismos consejeros también muestran su disconformidad con Miguel Ollero, fundador de Merlin y director general corporativo, quien percibe una retribución muy similar a la de Clemente, 8,65 millones en 2019 y 4,52 millones en 2020.
El reparto de los dividendos es otra de las razones que han creado desencuentros entre ambos bandos. Por un lado, el consejero delegado era partidario de mantener una postura prudente ante la incertidumbre originada por la crisis sanitaria; mientras que Santander era partidario de un reparto más elevado.
Ahora, pese a la continuidad de Clemente, las discrepancias entre el máximo accionista y su equipo gestor puede generar guerra interna que dificulte la hoja de ruta de la inmobiliaria.
Consejo de administración
El consejo de administración de Merlin Properties está formado por 13 miembros. Banco Santander cuenta con tres consejeros: Javier Garcia-Carranza, que también ocupa el cargo de presidente de este órgano; Francisca Ortega e Ignacio Gil-Casares.
El segundo mayor accionista de la socimi es Manuel Lao, con el 6,3% del capital a través de Nortia Capital y un puesto en el consejo ocupado por Ana Forner. Mientras que el tercer mayor accionista de Merlin es el fondo BlackRock, con casi el 4% y sin puesto en el consejo de administración.
El resto del consejo lo conforman Ismael Clemente, como CEO, y Miguel Ollero, como director general corporativo (COO), y siete miembros independientes (Donald Johnston, María Luisa Jordá, Ana García Fau, Fernando Ortiz , Pilar Cavero, Juan María Aguirre y Emilio Novela).
Batalla interna
La contienda lleva varios meses fraguándose en Merlin Properties, pero los primeros síntomas se hicieron visibles cuando se produjo la salida de David Brush, fundador de la socimi junto a Clemente y Ollero, que ocupó el cargo de consejero ejecutivo y director de Inversiones hasta su partida en febrero de 2021. Oficialmente, la compañía explicó que dicha marcha se debía a la jubilación éste, pero ahora parece que solo se intentó maquillar la bomba que ha estallado esta semana.
Pese a que en el último enfrentamiento Clemente ha ganado la batalla, hace apenas un mes García-Carranza consiguió el respaldo del consejo para disolver un comité asesor para temas de comunicación y digitalización que había formado personalmente Clemente con empresarios de renombre.